Historia
Segura de la Sierra, uno de los pueblos más bonitos de España, y sede del Festival de Música en Segura, destaca por su imponente Castillo, enclavado a más de 1.200 metros de altitud, es el de mayor altura de toda la provincia de Jaén. Gracias a su situación, el visitante puede disfrutar de unas maravillosas vistas desde el castillo que se erige aún como guardián de Segura de la Sierra desde el punto más alto.
Cuando se entra en el interior, llama la atención la forma irregular casi pentagonal de su planta. Esto contrasta con la anterior fortaleza, de origen musulmán, cuya planta era trapezoidal y con torres en cada vértice. Destaca a este respecto la torre de entrada y la estructura compuesta por el baño de origen árabe que delimita el perímetro de la planta respecto al baño.
Es complicado tener claro los accesos al Castillo por todas las alteraciones que ha sufrido con el avance de los siglos y por los diferentes recintos amurallados con los que ha contado. Sin embargo, conservamos el actual acceso a la torre de entrada al recinto en forma de codo, de la que se tenía noticias ya en el siglo XI.
Destacar que tener una entrada en codo, es decir que te obliga a girar, obligaba al enemigo no solo a girar sino también a tener que cruzar dos puertas favoreciendo su defensa. Este elemento defensivo procedía del norte de África. Gracias a los documentos internos de la Orden de Santiago, se sabe que el espacio se aprovechaba creando una estructura superior hecha en madera a modo de dormitorio y otras estancias.
Tras superar este primer elemento, se llega al Patio de armas, espacio utilizado, entre otras actividades, al entreno de las tropas en época. En el caso de este recinto se sabe que se aprovechaba el espacio con dependencias en formas de soportales como los restos que se intuyen junto a las zona de los baños o a las reproducción que encontramos junto a la Capilla del Castillo.
Muestra de ello, son los talleres y restos de hornos que nos encontramos, así como también contaría con zona de almacenes para alimentos y para tener animales. Justamente, todos los soportales con los que contó el castillo tendrían un tejado con una disposición inclinada para que el agua de lluvia acabase en el aljibe que hay bajo el suelo.
Por la ubicación inexpugnable del Castillo, provoca que las tácticas militares de la época no fuesen suficientes y se viesen obligados a utilizar el asedio. En este contexto, los aljibes, destinados a recoger y almacenar agua de lluvia, se convertirían en elementos arquitectónicos de vital importancia a la hora de contrarrestar el asedio de las fuerzas atacantes.
Esto permitían disponer de agua aún en aquellas situaciones en las que el enemigo cortara el suministro habitual procedente de las fuentes existentes en el exterior del Castillo. El actual aljibe es de la época santiaguista y se encuentra revestido y encalado.
En unos de los extremos del Patio de armas encontramos un recinto que solía ser habitual en los castillos de las órdenes de caballería: La Capilla.
Aunque pensamos en las órdenes de caballería como caballeros dedicados a la guerra, La Orden de Santiago también era, a la vez que guerrera, una institución religiosa, y por tanto tenía una serie de normas religiosas que seguir.
La capilla es de nave única con cabecera en forma de ábside y de tipo mudéjar, en ella fueron nombrados infinidad de caballeros.
Entre los Baños Árabes y la Capilla encontramos la Torre del Homenaje. De forma cuadrada se sitúa en una esquina de la fortaleza.
Aunque ahora solo cuente con dos alturas y la azotea almenada, se sabe que tuvo un tercer piso que daba acceso a la zona almenada primitiva. Contó en sus diferentes estancias con zona de almacenamiento de armas, un molino de mano y almacenes de sal, entre otras funciones.
Estas estancias interiores son abovedadas y actualmente, en una de ellas, el visitante puede encontrar paneles explicativos con detalles interesantes de uno de los comendadores y figura relevante de Segura: Rodrigo Manrique, padre del poeta guerrero Jorge Manrique.
A ambos lados de la Torre del Homenaje nos encontramos con los accesos a los adarves que rodean la fortaleza. El Adarve también es conocido como el Camino de Ronda.
Recorre el perímetro del Castillo, excepto la Torre del Homenaje, reforzando así el carácter defensivo de ésta. En caso de ataque era el lugar en el que se parapetaban los defensores.
Estaba todo cubierto con madera y teja a dos aguas y en cada torre existían cámaras, una de ellas para “dormir velas”, y todas construidas de cal y canto. Paseando por los adarves se disfruta de unas maravillosas vistas de la serranía. Entre esas vistas se encuentra El Yelmo, lugar de celebración del FIA (Festival Internacional del Aire) a primeros de Junio.